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Museo de Bellas Artes de Sevilla

Museo de Bellas Artes
de Sevilla
Bien de interés cultural
Bien de interés cultural
Bien de interés cultural

Portada. Miguel de Quintana, 1729.
Ubicación
País EspañaBandera de España España
Comunidad Andalucía Andalucía
Localidad  Sevilla
Dirección Plaza del Museo, 9 41001
Coordenadas 37°23′34″N 6°00′00″O / 37.392654150993, -6.0001261186722
Tipo y colecciones
Tipo Museo, Monumento, Convento y Museo de arte
Superficie 7775 m² aprox.
Historia y gestión
Creación 16 de septiembre de 1835
Inauguración 16 de septiembre de 1835
Director Valme Muñoz Rubio[1]
Información del edificio
Construcción 1662 (como convento de la Merced Calzada).
Información para visitantes
Visitantes
Ver lista
362.951 (2008)[2]
292.992 (2009)[2]
290.742 (2010)[3]
292.992 (2011)[4]
188.823 (2012)
212.536 (2013)
Teléfono 954 78 65 01
Sitio web oficial

El Museo de Bellas Artes de Sevilla se crea por Real Orden de 16 de septiembre de 1835 como "Museo de Pinturas". En 1839 se escoge, de entre varios edificios conventuales desamortizados, el de la Merced, la actual sede, inaugurándose oficialmente en 1841. Hoy es considerada una de las pinacotecas más importantes de España.[5][6]​ Se ubica en la plaza del Museo, que está presidida por una escultura dedicada a Bartolomé Esteban Murillo. Es un museo fundamental para conocer tanto la pintura barroca sevillana, especialmente de Zurbarán, Murillo y Valdés Leal, como la pintura andaluza del siglo XIX.[7][8][9]

Historia

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Convento

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Escalera principal del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

El edificio que alberga el actual Museo de Bellas Artes de Sevilla es el antiguo convento de la Orden de la Merced.[10]​ Según relata Tirso de Molina, en su Historia de la Orden de la Merced, los terrenos donde se alza el actual edificio fueron repartidos por Fernando III a los caballeros mercedarios que habían tomado parte activa en la conquista de Sevilla en 1248, otorgándoles rentas para la construcción de un edificio mudéjar, cercano a la actual calle Goles, que hoy no se conserva.[11]

Fray Alonso de Monroy, general de la orden a partir de 1602, promovió las obras de renovación del antiguo inmueble, realizadas con base en las trazas del arquitecto Juan de Oviedo y de la Bandera, que se inician en 1603.[12]​ Destacan entre sus dependencias la iglesia conventual, finalizada en 1612, así como los claustros articulados en torno a la escalera imperial, núcleo central del edificio, y cuya composición tuvo un gran eco en América.[13]​ El otro gran arquitecto asociado al edificio conventual mercedario fue Leonardo de Figueroa, que remodela en 1724 la planta superior del claustro Mayor. La actual portada del edificio es de 1729. Fue realizada por el cantero Miguel de Quintana con diseño de este artesano y fray Francisco Bartolomé de Roxas.[14]

En 1625, el dramaturgo Tirso de Molina, perteneciente a la Orden de la Merced, que fue desterrado de Madrid a Sevilla por dictamen de la Junta de Reformación, residió en este convento.

Museo

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El Convento de la Merced fue expropiado en 1835 por la desamortización de Mendizábal, lo que supuso la definitiva exclaustración y la pérdida del convento. El Museo Provincial fue creado por Real Orden de 16 de septiembre de 1835, con el objeto de reunir las obras pertenecientes a las órdenes religiosas suprimidas. Se nombra la Comisión para gestionar la institución y la Junta Directiva que propuso sucesivamente como sede, el convento de la Merced Calzada, lugar en que se encuentra aunque fue denegado en un primer momento por estar ocupado por la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País; el de Montesion; el de San Pablo, que iba ser destinado a Delegación de Hacienda y el de San Buenaventura. Mientras se escogía la sede definitiva, los cuadros y objetos artísticos recogidos de los conventos se encontraban diseminados, lo que provocó un quebranto para el futuro museo. Así, a título de ejemplo, un cuadro de Velázquez procedente del convento de San Antonio, quedó de forma definitiva en el palacio arzobispal, varios cuadros de Zurbarán del convento de San Buenventura fueron vendidos al extranjero. Los guardacostas de la provincia de Cádiz también recuperaron algunos cuadros y los expriores de algunos de los conventos desamortizados tuvieron que ser advertidos de que entregaran las pinturas que mantenían ocultas. Por fin, a 7 de octubre de 1838, queda constancia del establecimiento del museo en el antiguo convento de la Merced, compartido hasta 1846, con la Real Sociedad Económica.[15]

A su vez, la Real Orden de 16 de diciembre de 1840 dispuso que los objetos de Itálica encontrados o que se localizasen en el futuro se guardaran también en el antiguo convento. Por otra parte, la Real Orden de 20 de octubre de 1854 ordenó el traslado también a este edificio de las obras conservadas en los Reales Alcázares.[16]​ En el mismo edificio se asentó también en 1873, la Facultad Libre de Farmacia y a la salida de esta, en 1875, lo hizo la Escuela Normal de Maestros. En 1879, se creó oficialmente el Museo de Antigüedades, independiente del de Bellas Artes, que también se estableció allí al igual que la Academia y Escuela de Bellas Artes. El Museo Arqueológico ocupaba tres galerías del denominado patio del Claustro Grande, mientras que el Museo de Pinturas ocupaba la iglesia y otras dependencias. La Academia y Escuela de Bellas Artes quedaron ubicadas en estancias contiguas a los museos y la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos y la Escuela Normal de Maestros quedaron en dependencias lindantes con las galerías del Claustro Grande.

En 1941, el Museo Arqueológico Provincial se trasladó al pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929, en la plaza de América del parque de María Luisa, quedando únicamente en el convento de la Merced el Museo de Bellas Artes.[16]

Edificio

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El inmueble se encuentra en la plaza del Museo. Cuenta con una estatua de bronce del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo de la que existe una réplica exacta frente al Museo del Prado de Madrid, cerca del Jardín Botánico. Ambas son obra del escultor madrileño Sabino de Medina.

Desde su habilitación como museo ha experimentado cuatro grandes intervenciones. En la primera, entre 1868 y 1898, se restauraron las arquerías y muros del piso primero, el solado de los claustros y el alicatado de sus muros con azulejos de otros conventos desamortizados. Entre 1942 y 1945 se actuó sobre la antigua sacristía, que pasó a convertirse en el patio de las Conchas y se trasladó la antigua portada barroca de la calle Bailén a la fachada principal. Una tercera llevada a cabo entre 1969-1970 y 1975-1976 quedó inconclusa con desafortunadas consecuencias para la estabilidad estructural del edificio. La última modificación fue entre 1985 y 1993, en que se rehabilitó en su totalidad y se adecuó a las múltiples exigencias de la moderna museología.

Exterior

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La fachada principal se presenta frente a la plaza del Museo. Presenta una portada que hasta 1945 era la de acceso a la iglesia del convento, que estaba situada entre la calles Cepeda y Bailén. Fue diseñada por Miguel de Quintana en 1729 según diseño, aunque con algunas modificaciones de fray Francisco Bartolomé de Rojas.[17]​ Presenta arco de medio punto con un par de columnas paredas a cada lado que descansan sobre pedestales. Sobre él se abre una gran hornacina en cuyo interior se encuentran las figuras de la Virgen de la Merced, San Pedro Nolasco, fundador de la orden de la Merced, y el rey Jaime I de Aragón, su protector. A ambos lados la flanquean dos columnas salomónicas, y sobre ella, a modo de remate, hay un frontón en cuyo centro se sitúa el escudo de la orden.

Interior

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Paño de azulejos de Santas Justa y Rufina, obra de Hernando de Valladares realizado hacia 1600, procedente del antiguo convento de la Asunción de Sevilla.

Las trazas del edificio se deben a Juan de Oviedo, arquitecto y escultor a quien se le encargan las nuevas obras, tras el derribo del edificio antiguo. Las obras comienzan en 1602, quedando configurada su actual apariencia en la segunda década del siglo XVII. Se articula alrededor de tres patios comunicados por una gran escalera y la iglesia, situada en uno de los extremos del convento. El vestíbulo se encuentra decorado con azulejería procedente de diversos conventos sevillanos.

Patios

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  • El claustro Mayor, diseñado originalmente por Juan de Oviedo a comienzos del siglo XVII, sobresale por sus dimensiones y su esbeltez gracias al recurso de apoyar, en el primer piso, columnas pareadas sobre plinto. En el superior, reformado en 1724 por Leonardo de Figueroa, hay balcones enmarcados por pilastras jónicas
  • El claustro de los Bojes, diseñado por Juan de Oviedo y construido hacia 1612, es de configuración manierista y aloja algunos paneles de azulejos provenientes de otros conventos así como una portada del castillo de la Calahorra.
  • El claustro del Aljibe que sirve como patio de ingreso a las salas de exposición es el más modesto arquitectónicamente. Destaca el panel cerámico de la Virgen del Rosario, realizado por Cristóbal de Augusta en 1577 para el convento de Madre de Dios.
  • El patio de las Conchas, situado en el lugar en que estuvo la sacristía, los cipreses y un pequeño estanque son, junto con las veneras de las hornacinas, los elementos más destacados.
Vista del claustro grande del antiguo Convento de la Merced.
Vista de la sala V del museo, que ocupa la antigua iglesia del convento de la Merced.

Iglesia

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La iglesia, proyectada por Juan de Oviedo, fue construida entre 1603 y 1612.[17]​ Tiene forma de cruz latina, con una única nave cubierta con bóveda de cañón y un amplio crucero con cúpula. Está cubierta con pinturas murales obras del pintor sevillano Domingo Martínez. En el exterior en el lado izquierdo hay una portada atribuida a José Álvarez y ejecutada en el último tercio del siglo XVIII.

La escalera

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La grandiosa escalera está proyectada con un doble arranque y se aloja en un amplio espacio cúbico de equilibradas proporciones. La ornamentación y la distribución de los huecos que la iluminan le otorgan gran riqueza estética.

Colección

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Sagrada Cena (1588) de Alonso Vázquez.
San Hugo en el refectorio de los Cartujos, 1630-1635 (262 x 307 cm), de Zurbarán.

El origen de la colección se encuentra en las obras procedentes de conventos y monasterios desamortizados, razón por la que el grueso de obras es pintura religiosa, mayormente del Barroco sevillano. Almacenados en diferentes edificios, hacia 1840 debían de estar ya en el actual museo ya que de esa fecha es el primer inventario que alcanza un total de 2045 obras”. Cabral Bejarano y Esquivel redactan un segundo inventario en el que consideran que solo hay 583 obras dignas de pertenecer al Museo. Entre 1854-1855 se efectúa una segunda depuración de la que salen 456 pinturas y 15 esculturas mientras que un total de 357 cuadros se califican de "desecho". La polémica sobre qué se había hecho del enorme patrimonio desamortizado estaba servida tal y como se hacen eco Antonio Colón en su Sevilla Artística o González de León en Noticia Artística de Sevilla. Nuevas obras entran a formar parte de la colección a raíz de la segunda desamortización de 1868- 1869. Los fondos fundacionales han quedado reducidos, tal y como refleja el inventario de Gestoso de 1912, que recoge 380 pinturas y 41 esculturas.

Afortunadamente, ya desde finales del siglo XIX comienzan las donaciones, desde la primera documentada en 1894 de Manuel Andérica o la de la obra del Greco de la infanta María luisa Fernanda en 1897. En la primera mitad del siglo XX tienen lugar las donaciones más importantes como son la de Lucia Monti (1921), Abreu (1928), Gestoso (1932), Siravegne (1944) o Aguiar (1945). En las últimas décadas se ha incrementado la colección por las adquisiciones públicas de la Administración andaluza y las donaciones efectuadas por descendientes de artistas de primeros del siglo XX.

La colección de pintura del Museo de Bellas Artes de Sevilla es reflejo de la evolución de la escuela sevillana, que cuenta con una trayectoria homogénea, continuada y con altos niveles de calidad a lo largo de los siglos. En este recorrido sobresale notablemente el periodo barroco, con una amplia presencia de los grandes maestros de la ciudad como Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo o Juan de Valdés Leal y el siglo XIX en el que la escuela sevillana vive una nueva etapa de esplendor iniciada durante el Romanticismo. el siguiente, son brillantes ejemplos de la vitalidad de la escuela sevillana hasta el siglo XX.

Segunda en importancia tras la pintura,la escultura abarca ejemplares que van desde el siglo XV hasta el siglo XX, destacando la obra de Pietro Torrigiano en el siglo XVI y ya en el XVII la de Martínez Montañés y su discípulo Juan de Mesa.

El dibujo constituye un capítulo importante dentro del conjunto de piezas que conserva el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La colección de obras sobre papel está compuesta por artistas sevillanos del siglo XIX, en especial de José Villegas. El fondo sobre papel del museo se completa con la estampa: xilografías, grabados a buril y litografías mayoritariamente de temática sevillana ejecutadas entre los siglos XVI y XX, perteneciendo el grueso de la colección al siglo XIX.

La colección de piezas cerámicas la forman tanto azulejos para uso decorativo en edificios como en menor medida piezas de vajilla doméstica. Su cronología abarca desde el siglo XV al XX, siendo las más antiguas las piezas vidriadas decoradas con motivos geométricos de influencia musulmana. La orfebrería, las armas,el mobiliario o los textiles del Renacimiento, el Barroco o del siglo XIX complementan así los fondos de pintura, escultura y obra sobre papel que conserva el museo.

La distribución actual del museo, que consta de 14 salas, es la siguiente:

Planta Baja

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Sala I: Pintura y escultura sevillanas en el siglo XV

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Dedicada a los orígenes de la escuela sevillana de pintura y escultura, alberga obras del siglo XV. Son los primeros testimonios datados y firmados de producción artística local tras la conquista de Sevilla en 1248 por Fernando III.

Las pinturas presentan como características comunes los fondos dorados, el trabajo minucioso del detalle y la pose ensimismada de las figuras. En la escultura aparecen los nombres de imagineros vinculados al retablo mayor de la catedral de Sevilla, como Lorenzo Mercadante de Bretaña y Pedro Millán.[18]

Sala II: Arte del Renacimiento

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El siglo XVI es el del esplendor de Sevilla, dada su situación como capital del comercio con América. La riqueza que va acumulando la ciudad atrae a artistas flamencos e italianos. Alejo Fernández será el introductor del Renacimiento en la pintura sevillana, mientras que Pietro Torrigiano, condiscípulo de Miguel Ángel, marcará el camino para la escultura.

A estas producciones realizadas en suelo hispalense se suman obras de importación de El Greco, Lucas Cranach o Martín de Vos.[18]

Sala III: Manierismo

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A finales del siglo XVI, la actividad artística en Sevilla, dominada hasta entonces por artistas de origen extranjero, pasa a pivotar sobre artistas locales que interpretan libremente las formas renacentistas. Luis de Vargas es considerado el introductor del Manierismo. En torno a él se creó un grupo con nombres como el de Pedro de Villegas Marmolejo. Alonso Vázquez y Francisco Pacheco se encargaron de traducir al arte hispalense las pautas doctrinales emanadas del Concilio de Trento.[18]

Sala IV: Naturalismo.

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El naturalismo llega a la escuela sevillana de la mano de Francisco Pacheco, alcanzando cotas maestras con sus discípulos Diego Velázquez y Alonso Cano. Contemporáneo a ellos, Juan de Roelas acerca el naturalismo que preludia el Barroco al sentimiento popular.[18]

Sala V: Murillo y la escuela sevillana del Barroco

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La antigua iglesia del convento mercedario aloja las principales muestras de pintura barroca del siglo XVII. Con protagonismo de Murillo, se muestran también obras de Juan de Uceda, Juan de Roelas, Francisco de Zurbarán o Herrera el Viejo. Algunas de ellas corresponden a la galería completa de pinturas de los antiguos retablos de conventos como el de Montesión o el de Capuchinos.[18]

Planta Alta

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Sala VI: El Barroco español y sevillano.

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Situada en la galería que rodea el claustro de los Bojes, combina muestras de la pintura barroca que se realizaba en Sevilla con la autores establecidos en la Corte de Madrid, temas religiosos con bodegones y grandes escenarios arquitectónicos. Destacan las obras del círculo de Murillo, la serie de santas del taller de Zurbarán o la aparición de Cornelio Schut.[18]

Sala VII: Murillo y sus discípulos.

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La sala alberga obras de mano directa del maestro, como la serie realizada para el Convento de San Agustín, así como piezas de seguidores como Juan Simón Gutiérrez o Alonso Miguel de Tovar que demuestran cómo las formas murillescas se hicieron hegemónicas en la pintura sevillana desde mediados del siglo XVII.[18]

Sala VIII: Juan de Valdés Leal

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Se centra en la producción de este artista sevillano, de estilo enérgico y composiciones dinámicos, que se labró un estilo propio en el competitivo panorama de la Sevilla barroca. Esta sala acoge también piezas de Pedro de Mena, uno de los máximos representantes de la escultura barroca granadina.[18]

Sala IX: Pintura barroca europea

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Recoge las obras de pintura italiana y francesa del periodo barroco, destacando obras de José de Ribera y Jan Brueghel el Viejo.[18]

Reúne la obra del artista, pacense de nacimiento pero sevillano de formación, especialmente recogida en los ciclos pictóricos para el Convento de San Pablo y la Cartuja de las Cuevas de la ciudad hispalense. Se completa con obras de dos de los escultores más importantes del Barroco sevillano: Martínez Montañés y su discípulo Juan de Mesa.[18]

Sala XI: Pintura sevillana del siglo XVIII.

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La galería muestra como la apertura a las corrientes europeas convive con la larga sombra de Murillo y Valdés Leal.[18]

Sala XII: Pintura sevillana del siglo XIX

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Muestra la evolución de los pintores locales desde el costumbrismo romántico al realismo, con nombres como José García Ramos, José Villegas Cordero o Gonzalo Bilbao.[18]

  • Sala XIII: Pintura sevillana del siglo XX.
  • Sala XIV. Pintura española del siglo XX.
Esculturas destacadas
San Jerónimo penitente de Pietro Torrigiano
Santo Domingo de Juan Martínez Montañés
San Juan Bautista de Juan de Mesa
San Juan Bautista niño de Pedro de Mena

Obras destacadas

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Artistas con obras en el museo

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Pinturas destacadas
Virgen de las Cuevas de Francisco de Zurbarán
Inmaculada Concepción La Niña de Bartolomé Esteban Murillo
Martirio de san Andrés de Juan de Roelas

Ampliación

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Está prevista la ampliación y modernización del Museo de Bellas Artes,[20]​ que se llevará a cabo con la incorporación del cercano Palacio de Monsalves, construcción del siglo XVI, totalmente reformada y rehabilitada por el arquitecto Aníbal González en 1907.[21]

El edificio albergó la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, antes de trasladarse al Palacio de San Telmo en 1992. El espacio ganado será de 2800 metros útiles, lo que permitirá la reforma de las salas expositivas. En la actual sede, el convento de la Merced, se exhibirán las piezas del siglo XV al XVIII y se mantendrán zonas de servicios como el taller de restauración o el almacén.

En la nueva sede se expondrán los fondos de los siglos XIX y XX. Además, habrá dos salas para exposiciones temporales, una de ellas de larga duración con fondos del propio museo.[22]

Durante algún tiempo estuvo prevista también la exposición de las obras de arte donadas por el coleccionista Mariano Bellver.[23]​ Sin embargo, y aunque llegó a barajarse también la posibilidad de que la colección se instalara en el Pabellón Real,[24]​ finalmente en noviembre de 2016 el Ayuntamiento adquirió la Casa Fabiola en el barrio de Santa Cruz para su exposición definitiva, como Colección Bellver.[25]

Guías históricas del Museo

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  • José Gestoso y Pérez. Museo de Pinturas de Sevilla. Barcelona. Hijos de J. Thomas. 1930
  • Anónimo. El Museo Provincial de Bellas Artes de Sevilla. Sevilla. [s.n.], 196-?
  • José Hernández Díaz. El Museo Provincial de Bellas Artes de Sevilla. Madrid. Dirección General de Bellas Artes. 1967
  • Elena Jiménez Lozano, Pedro González García, Rosa María Ávila Ruiz y Enrique Pareja López. The Fine Arts Museum of Seville: painting and sculpture from the thirteenth to the nineteenth centuries. Barcelona. Escudo de Oro. 1989
  • Elena Jiménez Lozano, Pedro González García y Rosa María Ávila Ruiz. Musée des Beaux-Arts de Séville: peinture et sculpture du XIIIème au XXème siècles. Barcelona. Escudo de Oro. 1989
  • Museum of Fine Arts Seville: official guide. Museums of Andalusia, n.º 4. Sevilla. Consejerı́a de Cultura de Andalucía. 2005
  • Rafael de Besa Gutiérrez. El Museo de Bellas Artes de Sevilla en el siglo XIX, Diputación de Sevilla, 2018.

Referencias

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  1. Ramos, Charo (29 de diciembre de 2010). «Valme Muñoz Rubio, la primera mujer directora del Museo de Bellas Artes». Diario de Sevilla. Consultado el 27 de mayo de 2014. 
  2. a b «El Museo de Bellas Artes pierde en 2009 70.000 visitantes respecto al año anterior». El Mundo. 21 de mayo de 2010. 
  3. «Estadística de visitas de museos andaluces». Junta de Andalucía. 2010. p. 1. 
  4. «Actualizada la Guía de Museos de Eroski Consumer, que incluye información de las 40 pinacotecas más importantes del país». Web Eroski Consumer. Museos. Archivado desde el original el 20 de julio de 2011. Consultado el 16 de julio de 2013. 
  5. «Visitando el Museo de Bellas Artes de Sevilla». sevilla. Consultado el 26 de enero de 2016. «Sevilla alberga una de las pinacotecas más interesantes a nivel nacional, un lugar muy interesante para todos los visitantes amantes de la cultura». 
  6. «La agonía de los museos sevillanos». La Vanguardia. Consultado el 26 de enero de 2016. «El museo de Bellas Artes de Sevilla, la segunda pinacoteca española en importancia.» 
  7. Museo de Bellas Artes de Sevilla juntadeandalucia.es [04-08-2008]
  8. «Sevilla Museo de Bellas Artes». sevillaguia.com. Archivado desde el original el 4 de julio de 2013. Consultado el 16 de julio de 2013. 
  9. Belausteguiotia, Santiago (15 de febrero de 2009). «La cuenta atrás del Bellas Artes». El País. «El Museo de Bellas Artes de Sevilla es la pinacoteca más importante de España tras el Museo del Prado.» 
  10. Matilde Fernández Rojas (2009). Patrimonio artístico de los conventos masculinos desamortizados en Sevilla durante el siglo XIX. Trinitarios, franciscanos, mercedarios, cartujos, jerónimos, mínimos, clérigos menores, obregones y filipenses. Secretariado de Publicaciones de la Diputación de Sevilla. p. 243. ISBN 978-84-7798-273-9. 
  11. Fernández Rojas, 2009, p. 245.
  12. Fernández Rojas, 2009, p. 249.
  13. Fernández Rojas, 2009, p. 259.
  14. Fernández Rojas, 2009, p. 253.
  15. Bilbao Martínez, Gonzalo (1935). Academia de Bellas Artes de San Fernando, ed. Discursos leídos en la solemne recepción del académico de número Excmo. Sr. D. Gonzalo Bilbao y Martínez. Madrid. 
  16. a b Torrubia Fernández, Yolanda (2006). «El Museo Arqueológico de Sevilla en el Convento de la Merced». Laboratorio de Arte (Universidad de Sevilla) (19): 503-515. Consultado el 30 de diciembre de 2017. 
  17. a b Fernández Rojas, 2001, pp. 53-57.
  18. a b c d e f g h i j k l App Espacios Junta de la Junta de Andalucía
  19. «El Bellas Artes incorpora obras de Zuloaga y Tamburini». El Correo de Andalucía. 12 de agosto de 2011. Archivado desde el original el 27 de diciembre de 2011. Consultado el 12 de agosto de 2011. 
  20. «El Bellas Artes dobla su zona expositiva». Consultado el 2009. 
  21. Diego A. Cardoso Bueno (2006). Sevilla. El Casco Antiguo. Historia, arte y urbanismo. Ediciones Guadalquivir. ISBN 84-8093-154-X. 
  22. «Bellver cede su colección artística a Sevilla». ADN.es. Consultado el 2009. 
  23. «La colección Bellver se instalará en un ala del Palacio de Monsalves». Diario de Sevilla. 21 de marzo de 2010. Consultado el 21 de marzo de 2010. 
  24. «La colección Bellver, al Pabellón Real». ELMUNDO. Consultado el 9 de noviembre de 2016. 
  25. EP (8 de noviembre de 2016). «El pleno aprueba la compra de la Casa Fabiola para la colección Bellver». Cadena SER. Consultado el 9 de noviembre de 2016. 

Bibliografía

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  • Matilde Fernández Rojas (2001). El Convento de la Merced Calzada de Sevilla. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Diputación de Sevilla. ISBN 84-7798-173-6. 
  • Rafael de Besa Gutiérrez (2019). El Museo de Bellas Artes de Sevilla en el siglo XIX. Sevilla: Diputación de Sevilla. Servicio de Archivo y Publicaciones. ISBN 8477984085. 

Enlaces externos

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